Mientras que una gran parte de los estudiantes de América Latina ya se han incorporado a la escuela tras las vacaciones, para otros países, incluído España, el nuevo año escolar está cerca.
Aunque es un proceso que se repite cada año, el regreso del periodo vacacional puede crear secuelas tanto en los padres como en los niños. Para muchos adultos, el comienzo del nuevo curso va unido a un mayor estrés y un incremento de la actividad diaria. Llevar a los niños al colegio, a sus actividades extraescolares o ayudarles con la tarea son algunas de las nuevas funciones que deben cumplir los padres y que deben incorporar a sus ya ajustadas agendas.
En el caso de los niños, entrar de nuevo en la dinámica de trabajo y estudio tras un largo período de poca actividad y con poco nivel de exigencia puede suponer todo un desafío.
Aunque normalmente se ha asociado a los adultos, algunos psicólogos han señalado que el síndrome postvacacional es cada vez más frecuente entre los menores, como consecuencia del costoso proceso de adaptación a la rutina. Ente síndrome, interpretado por muchos como una cuestión trivial, puede causar malestar general, síntomas emocionales y físicos e incluso modificar el comportamiento.
Por ese motivo y para que la vuelta a la rutina se realice de una forma más fluida, os proponemos 5 formas en las que los padres pueden ayudar a sus hijos para superar el final de las vacaciones.
Importancia de la comunicación
Muchas veces, el estrés causado por la incorporación a un nuevo colegio o por la llegada de nuevos alumnos hace que los niños sean menos comunicativos con sus padres y con el resto de familiares.
Intentar ser próximo y saber escuchar a los menores puede ayudar a que estos se abran y comuniquen aquello que les preocupa. En algunas ocasiones, si existe cierta reticencia al hablar del colegio por parte de los niños, lo recomendable es comentar la situación con los profesores o los responsables del centro. En cualquier caso, la naturalidad puede rebajar también la tensión en relación a los problemas escolares.
Mantener un horario
Los expertos recomiendan que durante los últimos días de vacaciones, los niños sigan una rutina estable, así como un horario de comida y sueño similar al que llevarán durante el curso.
Recuperar poco a poco un horario normal puede hacer su adaptación más agradable durante el curso. Además, comenzar a realizar tareas relacionadas con el colegio, como forrar los libros o preparar el material necesario también pueden ayudar.
Continuar con las actividades al aire libre
Mientras que el tiempo sigue siendo agradable y la tarea escolar no demasiado abundante, lo ideal es continuar realizando ciertas actividades al aire libre, por ejemplo, en parques o piscinas. Además, algunas tareas, como la lectura, se pueden realizar al aire libre y de este modo, el niño asociará una serie de recuerdos agradables con el trabajo.
Ofrecer ayuda
Cuando la cantidad de trabajo aumenta, los niños suelen sentir que no tienen tiempo para realizar todas sus tareas, en parte, porque durante los últimos meses no han tenido que enfrentarse a la idea de los deberes. Aunque es recomendable que aprendan a trabajar solos, ofrecer ayuda mientras que estudian puede animar a los menores a trabajar más contentos.
Mantener un buen estilo de vida
Algunos factores, como la alimentación, el ejercicio o la ingesta de agua, aunque parezcan de poca relevancia, tienen una gran influencia en la felicidad de los menores. Con la llegada del nuevo curso, por las prisas y otras cuestiones, los niños incrementan su consumo de dulces y bebidas azucaradas que, según han demostrado algunos estudios, pueden dificultar la capacidad de concentración e incrementar el mal humor.
