Los descubrimientos en todas las áreas que se involucran con la natación para bebés han mostrado los grandes beneficios que la natación procura.
La natación para bebés se puede iniciar tan pronto como la circuncisión ha cicatrizado y el cordón umbilical se ha caído. Para los muy pequeños se recomiendan flotaciones caseras en la bañera o clases para recién nacidos cuyos objetivos son el masaje o simplemente estar en el agua.
Hay muchas y muy diversas razones para enseñar a los bebés a nadar:
1.- Los bebés menores de un año se adaptan más rápidamente al agua y al transmisor de la vivencia acuática (la madre o el maestro, que los niños mayores, la sensación que les provoca el agua es similar a la que vivían en el vientre materno. ¡Nadaron durante 9 meses!
Para el recién nacido, el mundo terrestre está lleno de frustración, su postura no le permite moverse libre y voluntariamente hasta mucho tiempo después. Si éste está dentro del medio acuático, le permitirá moverse e interactuar con el agua por él mismo. El bebé sentirá un medio ambiente agradable.
2.- La docilidad de los bebés en el primer año, permite presentarle un sinfín de propuestas de posición, postura y movimiento gracias a la presión que el agua ejerce en su cuerpo, que lo estimula por el simple hecho de estar en ella.
3.- El miedo al agua es adquirido conforme el niño va creciendo, mientras más tiempo esté apartado el bebé del agua, probablemente desarrollará temor a la misma, con mayor razón si quienes rodean al bebé no saben nadar o no tienen conocimientos de la relación intrínseca que hay en cada bebé con el agua y fácilmente transmiten ansiedades a los bebés.
4.- Los bebés están adaptados para nadar. Cuando son sumergidos, automáticamente sostienen su respiración y hacen movimientos de natación, mientras más pequeños, más latente está la presencia de reflejos anfibios que lo permiten. Pero quien lo hace necesita tener conocimientos que le aseguren los movimientos y actividades pertinentes y hacer la actividad de manera cómoda y segura, tanto para el bebé como para los padres o el maestro. Entre más pronto podamos introducir al bebé en el medio acuático más en armonía se sentirá el bebé consigo mismo y su medio ambiente.
5.- Los bebés pueden ejercitar más sus músculos en el agua, ya que están menos restringidos por la gravedad y su poca habilidad para sentarse o pararse. Este incremento de fuerza, a menudo se manifiesta por sí sólo en la adquisición temprana de habilidades físicas, cuando les permitimos vivir colateralmente la vida terrestre y la acuática, la llegada de la caminata es simultánea a la de la natación.
6.- La natación mejora la condición cardiovascular de los bebés, aunque están limitados en el mejoramiento de su resistencia, la natación tiene efectos benéficos.
7.- La sensación de movimiento en el agua a temprana edad, da al niño un buen inicio en el aprendizaje de las habilidades fundamentales de la natación.
8.- El agua ayuda a mejorar la coordinación, ya que provee al bebé de posibilidades de ejercitación, de equilibrio y balance que enriquecen su desarrollo y lo preparan para las habilidades posteriores.
9.- El agua tibia, combinada con ejercicios suaves relaja al bebé y estimula su apetito, normalmente comen y duermen mejor después de nadar.
10.- Los doctores con frecuencia recomiendan la natación como el mejor ejercicio para los asmáticos. Para ellos, el ejercicio produce hiperactividad bronquial, lo que les beneficia.
11.- La natación ocasiona menos dificultad para respirar que otras formas de ejercicio, posiblemente porque la humedad y el calor del aire alrededor de las albercas es menos irritante para los pulmones.
12.- Los bebés disfrutan cuando saben que los padres concentran su atención en ellos mientras están nadando. Las madres se dan cuenta que las clases de natación son los únicos 30 minutos placenteros e ininterrumpidos, en que pueden estar con sus bebés.
13.- A medida que los bebés aprenden cómo moverse en el agua por ellos mismos, su independencia y autoconfianza aumentan, esto les da más seguridad para ampliar su campo de acción y por tanto de movimiento, lo que les permite atreverse más y descubrir nuevas habilidades que extienden su capacidad cerebral y por tanto hay un incremento en su inteligencia, en sus sentidos, en su afecto e intelecto.
14.- La natación provee a los bebés de mucho contacto físico con sus padres, esto, acerca y profundiza los lazos no sólo afectivos, también las formas de comunicación y percepción sensorial entre padres e hijos, y en su caso, maestro y alumno.
15.- Aprender a nadar no es sólo una actividad divertida y saludable, sino una medida de seguridad. La prevención de accidentes de ahogamiento o inicio de traumas y fobias al agua, se puede lograr si los bebés aprenden a sobrevivir en el agua, y para lograrlo necesitan contar con muchas experiencias de aprendizaje en el medio acuático.
16.- La estimulación temprana del sistema neurológico de bebé, y el placer que obtiene de la libertad de movimientos por la interacción con la gravedad, provoca que el niño esté más consciente de sí mismo y de lo que le rodea.
17.- El aprendizaje del bebé se da por sí mismo, surge de los estímulos propioceptivos y las percepciones del exterior.
Fuente: Lourdes Cisneros / Beatriz Esesarte