Es sabido que la base para que el ser humano pueda trabajar y vivir en armonía es la comunicación. El hablar, entendernos entre nosotros y poder llegar a establecer conclusiones, acciones u objetivos entre grupos es lo que permite que nuestra sociedad siga creciendo.
Dentro de las familias la comunicación es también la base para crear un hogar sano, lleno de amor y apoyo, y sobre todo, es lo que permite que se mantenga unido. Pero ¿qué se entiende por una buena comunicación? El hablar con nuestros hijos y escucharlos tiene que ir más allá de solamente imponer reglas y esperar un “sí señor” a cambio. El comunicarnos es abrirnos por completo a recibir y dar información, evitando los gritos, las órdenes o las críticas. Que los padres consideren a sus hijos como iguales es lo más importante, esto permitirá que la comunicación fluya correctamente, como si fuera entre dos amigos.
Sabemos que en realidad comprender y hablar es difícil, por eso dejaremos algunos consejos que sin duda mejorarán los espacios de comunicación en el hogar, favoreciendo a las relaciones entre quienes más amamos.
- Escuchar con atención e interés, que el niño sienta que está siendo atendido. Creando un ambiente ideal para comunicarse
- Cuando se dé un consejo que sea siempre en clave positiva. Es importante ponernos en el lugar del niño y entender qué es lo que le pasa.
- No juzgarlos antes de tiempo cuando nos expliquen alguna cosa. Escuche. Intente acallar las voces en su cabeza que anticipan un regaño o una solución radical a los problemas. Póngase en el lugar de su hijo y entienda sus razones.
- Proporcionarles confianza para que puedan hablar sobre cualquier tema dentro de la familia, es mejor que puedan hablar obtener información dentro del núcleo familiar.
- Observar y actuar en el momento indicado. En el caso de adolescentes, ellos son retraídos por naturaleza. Hay que estar pendientes de las situaciones que rodean a sus hijos y en el momento en que crea que quiere hablar muéstrese dispuesto a escucharlo. No lo presione.
- Preste atención. Recuerde los nombres de los amigos y las parejas de sus hijos, así cuando le cuente una historia sabrá quiénes son los personajes y qué papel representan.
- Haga seguimiento de la decisión que tome. Pregúntele sin acosarlo y dele su tiempo para procesar la situación.
- Respete su privacidad y confíe en él tanto como espera que él confíe en usted
Cuando nuestros hijos van creciendo la comunicación puede volverse más difícil ya que empiezan a guardar secretos o tienen dudas que les avergüenza preguntar a los padres. No hay que rendirse, el lograr que la confianza crezca y se mantenga es vital para evitar que se alejen de nosotros.