Como ya revisamos anteriormente la Estimulación Acuática es un ejercicio ideal para los pequeños a partir de los 5 meses hasta los 3 años, donde se desarrolla y fortalece la parte física, cognitiva y emocional de los niños, aportando significativamente a su crecimiento y además, al ser las clases compartidas con sus padres, crea vínculos afectivos muy grandes. Cada sesión logra estimular el trabajo del centro motor, el reflejo neuronal y los sentidos dando como resultado el fortalecimiento psicomotriz, pero ¿cómo se logra esto?, ¿qué ejercicios se realizan durante las sesiones? Estas preguntas son las que responderemos en esta ocasión.
Cada clase de Estimulación Acuática cuenta con una planificación muy detallada, donde se busca la comodidad del pequeño, de este modo dará apertura para captar todo lo que se le indica. También que exista una interacción correcta entre el bebé y sus padres. Por eso la dividimos de la siguiente manera:
Preparación previa a entrar al agua
Antes de iniciar cada sesión en el agua es importante que los padres de los pequeños contemplen traer todos los utensilios necesarios para la natación, tanto para sus hijos como para ellos, es decir: traje de baño, gorra de baño, zapatillas, etc.
Lo más importante en esta etapa es que los pequeño sean consientes de que en el agua van a jugar, divertirse y aprender. Por eso el mostrar expresiones de miedo, preocupación o duda hará que nuestro bebé se tense también. Llenar de caricias, risas y bromas el ambiente entre padres e hijos hará que toda tensión se vaya y puedan compartir un momento ideal. No olvides que es aconsejable hablar con tu pediatra primero sobre las clases.
Ejercicios en la piscina
El ambiente en la piscina es muy animado, lleno de canciones y participación de toda la clase, así los bebés estarán más cómodos y mantendrán la alegría.
- Reconocimiento del espacio acuático: El pequeño junto con sus padres realizará desplazamientos alrededor de la piscina constantemente que ayudará a que sus piernitas se muevan, al igual que sus brazos, reforzándolos para que sea más fácil a futuro el caminar y correr. Del mismo modo el bebé aprende la forma correcta de actuar en el agua y no temerle.
- Juegos con pelotas y juguetes de piscina: el utilizar recursos que los pequeños puedan sujetar y trasladar a algún lugar ayuda a sus desarrollo motriz y al entendimiento de ejercicios.
- Caminar y gatear sobre planchas de espuma: en este caso los bebés aprenderán a desarrollar reflejos y mejorar su equilibrio, al igual que confiar en que sus padres sabrán sostenerlos cuando ellos bajen al agua.
- Sumersión: la sumersión ayuda al desarrollo del reflejo que permite a los bebés contener la respiración como supervivencia en el agua. Aquí también se desarrollan defensas gracias a los ejercicios que realizan los pulmones.
Luego de cada clase
Luego de salir del agua es necesario ducharse y seguir manteniendo un ambiente de felicidad para que el pequeño desarrolle un gusto mayor por las clases.
En conclusión, cada ejercicio tiene un propósito que ayuda a los bebés. En AcuaKid buscamos que sea una experiencia inolvidable para los padres y los pequeños.